Mérida 20 de Abril del 2022
El 12 de abril del año 2002, un fatídico hecho marcó la historia de la nación, se consumó un golpe de Estado contra el Presidente legítimo Hugo Chávez. Entonces se disolvieron los Poderes Públicos y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El representante de la cúpula empresarial del momento, Pedro Carmona Estanga, se autojuramentó como presidente del país en el Palacio de Miraflores, bajo el auspicio de Washington.
La fecha precedía al 11 de abril, un turbulento día donde el fascismo impregnó de sangre de inocentes las calles de Caracas. Decenas murieron a manos de la Policía Metropolitana dirigida por Alfredo Peña y de francotiradores provenientes de Centroamérica, tras la orden de los lideres de ultraderecha y de representantes del gobierno estadounidense quienes desviaron una marcha opositora que partió desde Chuao y fue dirigida al Palacio de Miraflores, donde se encontraba el pueblo que defendía a la Revolución Bolivariana. El saldo trágico indicó 19 fallecidos y 118 heridos.
La antesala a la fecha se marcó por el secuestro del Presidente de la República Hugo Chávez, a manos de militares quienes habían traicionado a la patria para cumplir los designios de la Casa Blanca: derrocar a Hugo Chávez. Se violaba el estado de Derecho en el país.
El silencio mediático reinó el 12 de abril. Las tiras cómicas llenaron las pantallas de los medios privados, a diferencia del día anterior que los dueños de las televisoras en conjunto aupaban la toma del poder por parte de los poderes fácticos preparando el terreno para la ejecución del golpe de Estado. En las radios sólo se escuchaba música y se ausentaron las noticias.
Los impresos titulaban con noticias falsas para afirmar que Hugo Chávez, había caído, que había renunciado. El periódico Últimas Noticias, diseñó una esfera tricolor con el mensaje «La nueva Venezuela», colocada en la primera página y en sus artículos centrales, para aupar el gobierno de facto.
Algunos canales de televisión y periodistas conductores de programas de opinión como por ejemplo Napoleón Bravo, en el espacio «24 horas», transmitido entonces por Venevisión, reveló la conspiración protagonizada por la cúpula empresarial, sectores de la burguesía criolla y de la iglesia, militares, civiles y medios de comunicación para derrocar el Gobierno Bolivariano. De forma cínica y vanagloriándose se felicitaron y dieron gracias a las televisoras por su participación.
Así transcurrió la agenda informativa del día. Ningún medio informaba del secuestro de Hugo Chávez. El gobernador del estado Miranda, Enrique Mendoza, ordenó suspender la transmisión del canal del Estado Venezolana de Televisión tomándolo por asalto: “esa basura va fuera del aire, va fuera del aire”, espetó en una entrevista previa el representante de la ultraderecha.
Las empresas de telefonía, también aportaron a la mediática informativa, por ejemplo Telcel, actual Movistar, optó por un anuncio de libertad en medios impresos: «para que celebres con tus seres queridos el brillante futuro que nos espera», haciendo alusión al gobierno de facto.
Mientras tanto no se conocía el paradero de Hugo Chávez. El Presidente pudo realizar una llamada a su hija María Gabriela Chávez, donde le confirmó: “Hija, no he renunciado. Habla con Fidel (Castro) y dile que soy un Presidente prisionero para que lo informe al mundo”, refiere un fragmento del libro «Golpe Adentro» del periodista y escritor venezolano Ernesto Villegas:
A las 10:02 minutos, hora de La Habana, uno de los asistentes de Fidel Castro le dice que María Gabriela Chávez, lo está llamando desde Caracas.
Tras escucharla, le pregunta:
—¿Tú estarías dispuesta a informarlo al mundo con tus propias palabras?
Ella le contesta con otra pregunta:
—¿Qué no haría yo por mi padre?, refiere el texto de la obra de Villegas.
La noticia fue difundida por el Programa Mesa Redonda, conducido por Randy Alonso a las 11 de la mañana. Tras ser anunciada en la Mayor de las Antillas, el Gobierno cubano entregó a las agencias de noticias las declaraciones transcritas de María Gabriela Chávez.
A los corresponsales de las televisoras internacionales en la isla se les pasó copia del audio. Al mediodía, la noticia ya había viajado de Caracas a La Habana, de La Habana a Atlanta —sede de CNN— y de allí de nuevo a Venezuela, indica el texto de Villegas.
Sólo los suscritos a servicios de TV por cable y satélite pudieron escuchar la versión de la hija de Chávez. Las estaciones locales de televisión, que disponían del audio proveniente de agencias y televisoras asociadas con corresponsales en Cuba, se abstuvieron de divulgarla. Solo unos pocos conocían la noticia, pero aún así se fue difundiendo progresivamente y se superaba el cerco mediático impuesto.
En la calle la confusión reinaba. La persecución de los cuerpos policiales y represivos allanaban los hogares y espacios donde se reunía la militancia del Movimiento V República, los Círculos Bolivarianos y los medios de comunicación alternativos.
Tamién estos organismos controlaban los hospitales y las embajadas, principalmente la de la República de Cuba, que sufrió un violento asedió por parte del alcalde de Baruta Henrique Capriles Radonski. El representante del partido de la ultraderecha Primero Justicia, asaltó de forma violenta las instalaciones exigiendo la presencia del Vicepresidente de la República Diosdado Cabello, quien no se encontraba en el recinto.
Previo, Capriles ordenó cortar los servicios de luz y agua de la residencia del personal diplomático, amenazando a las personas que se encontraban dentro de ésta, violando así el derecho internacional. Todos estos hechos fueron transmitidos por las empresas privadas de comunicación, quienes también participaban en el golpe de Estado.
Otra persecución la sufrió el actual Fiscal General de la República, Tarek William Saab Halabi. El entonces diputado del Movimiento V República, sufrió un allanamiento y captura violándole su inmunidad parlamentaria. “Me dieron culatazos con los fusiles, me tiran al piso, me patean en el piso de la patrulla. Incluso me hicieron vomitar agua, no había comido. Y los tipos me decían: ‘Si vuelves a hablar te meteremos un tiro aquí dentro de la patrulla”, reveló luego de los hechos violentos.
Lo propio ocurrió con el ministro de Interior y Justicia: Ramón Rodríguez Chacín. El entonces alcalde de Chacao, Leopoldo López, junto al alcalde de Baruta, Henrique Capriles Radonski, efectuaron un arresto irregular contra el ministro allanaron su residencia y acompañaron la violencia de grupos opositores que se encontraban en las afueras del hogar del funcionario que fue expuesto al escarnio público y a la violencia física.
Por su parte, el pueblo que había estado en las calles el 11 de abril defendiendo la Constitución y quienes fueron víctimas de las balas, así como familias que se quedaron en sus casas, lloraban a sus deudos, todos victimas del fascismo.
Golpistas se hicieron del poder en Miraflores
Entrada la tarde del 12 de abril se instalaba en el Palacio de Miraflores un Gobierno de facto. Pedro Carmona Estanga, principal figura escogida por la Casa Blanca para consumar el golpe de Estado y sustituir al gobierno legítimo de Hugo Chávez, asumió la presidencia de Venezuela. Junto a un grupo de generales y civiles afines, instauraba un “Gobierno de transición y unidad nacional” con amplios podres mediante un vil Decreto que disolvía los Poderes Públicos y la Carta Magna.
El «Carmonazo», sorprendía a los venezolanos y al mundo entero. Entre los 400 firmantes del Decreto, se leían los nombres de empresarios, políticos, representantes de la iglesia y militares que habían traicionado la Carta Magna.
“Yo, Pedro Carmona Estanga, en mi condición de Presidente de la República de Venezuela, juro ante Dios Topoderoso, ante la patria y ante todos los venezolanos reestablecer la efectiva vigencia de la Constitución de la República de Venezuela de 1999 como norma fundamental de nuestro ordenamiento jurídico y restituir el Estado de Derecho, la gobernabilidad y la garantía del ejercicio de las libertades ciudadanas, así como al respecto a la vida, la justicia, la igualdad, la solidaridad y la responsabilidad social”, conjuraba Carmona.
Su primer decreto consistió en la derogación de la Constitución de 1999 y las 49 leyes habilitantes decretadas por Hugo Chávez en el marco de la Ley Habilitante. Asimismo, cambió el nombre del país a República de Venezuela y puso fin al convenio de cooperación Cuba-Venezuela. El cuadro del Libertador Simón Bolívar, fue escondido en una sala del Palacio de Miraflores, como señal de eliminación del pensamiento del Padre de la Patria.
El golpe de Estado había sido precedido por una guión imperialista desestabilizador de la democracia que sumaba a las más rancia oligarquía y a integrantes de partidos de la ultraderecha y del extremismo como Primero Justicia a la cabeza de Julio Borges, Leopoldo López y Henrique Capriles, quienes de manera insistentes pedían la renuncia del Presidente Hugo Chávez.
La noche del 12 de abril, ya el pueblo avistaba un movimiento de masas que se consolidaría en las calles el 13 de abril cuando la dignidad del soberano trajo de vuelta a su líder Hugo Chávez, quien se encontraba secuestrado en la isla de la Orchila.
Hace 20 años, el fascismo tomó el poder para responder a los intereses del gobierno de los Estados Unidos que de forma feroz ayer como hoy persigue los recursos naturales del país para paliar la crisis sistémica del capitalismo que enfrenta. Los protagonistas son los mismos, con los mismos deseos, hambre y sed de poder. Hoy como aquel 11 de abril de 2002, el pueblo rebelde responde de manera consciente y organizada para defender la Patria de los enemigos históricos.
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